NUESTRO PROYECTO EDUCATIVO

Nuestro proyecto surge de la reflexión de las aportaciones de los grandes pedagogos acerca de cómo ha de plantearse la acción educativa en el aula para que el aprendizaje sea significativo.

Igualmente están muy presentes las últimas aportaciones de las investigaciones procedentes del mundo de la psicología o la neurociencia, acerca de cómo se produce el aprendizaje, y la importancia de la emocionalidad en todo el proceso.

La necesidad de desarrollar en las aulas una fuerte cultura del pensamiento que posibilite a nuestro alumnado el desarrollo de la curiosidad (base de todo aprendizaje), el análisis de situaciones cada vez más complejas, la toma de decisiones basadas en la reflexión y valoración de sus consecuencias, o el trabajo colaborativo, son algunos de los ejes claves que definen nuestro Proyecto Educativo.

AUTONOMÍA PERSONAL: capaces de conocerse y valorarse a sí mismos, estableciendo una escala de valores que motiven sus actuaciones.

SENSIBILIDAD SOCIAL: respetando los puntos de vista de los demás; sabiendo escuchar y dialogar; compromiso y responsabilidad.

IMPORTANCIA DE LA VIDA FAMILIAR: fomentando el amor, respeto, obediencia y colaboración.

DESARROLLO DE LA DIMENSIÓN RELIGIOSO-TRANSCENDENTE: ayudando a la personalización de la fe. Como Centro Católico enseña a vivir desde los criterios evangélicos, en la libertad de los hijos de Dios.

LAS METODOLOGÍAS ACTIVAS: El alumnado: el protagonista.

ABP: Proyectos de aprendizaje trimestrales en infantil.

TRABAJO COOPERATIVO: El trabajo desarrollado en grupos cooperativos.

ABN: Método de matemáticas que trabaja la descomposición de los números a través de materiales manipulativos que fomentan el cálculo mental.

AMBIENTES DE APRENDIZAJE: El ambiente como un agente “activo” y una guía para el desarrollo. El trabajo por ambientes en Educación Infantil es la generación de espacios y lugares que van más allá de lo meramente físico y de lo estándar, son puntos de encuentro donde los alumnos se pueden relacionar y en los que fluye más comunicación de lo que se puede intuir a simple vista. 

Este modo de trabajo seduce, provoca, llama la atención e integra a todos y cada uno de los alumnos. Además, les hace aumentar la autoestima sin tener miedo al error o al fracaso. Los ambientes son paisajes pedagógicos relacionales que mantienen activos y creativos a los escolares en un entorno lúdico. El fin es el bienestar afectivo y emocional. 

El AJEDREZ: aporta numerosas habilidades cognitivas a los estudiantes: impulsa estrategias de concentración, atención y memoria; fomenta conocer y valorar las habilidades propias; potencia la creatividad y el razonamiento lógico como estrategias fundamentales para la resolución de problemas y ayuda a tomar decisiones debido a las capacidades de obtención, selección y organización de la información durante el juego. También promueve diversas habilidades sociales tales como el respeto hacia los demás, la confianza o la responsabilidad.